miércoles, 25 de junio de 2008

Hace 30 años ganó la alegría.


Hoy se cumplen 30 años de una fecha maravillosa.

En muchos medios, el recuerdo se trasladó a otros ámbitos y el triunfo deportivo quedó como un actor secundario en una película donde todos parecen malos.

Nadie duda que vivíamos en un ámbito político no natural.

Un gobierno de facto gobernaba la Argentina.

Pero ese día 25 de junio de 1978 lo más importante fue la alegría de la gente.

Estuve en la cancha con mi viejo y unos amigos.

Desde la Popular Oeste de River nos maravillábamos con las letras (hoy prehistóricas) del cartel luminoso Autotrol, repitiendo sin pausas "Argentina Campeón".

Hoy dudamos de todo. Del equipo, de los contrarios, de los arbitrajes, de los sorteos...

No es la primera ni va a ser la última vez que un seleccionado local gane una copa del mundo.

Y yo quiero separar al equipo de todos esos malintencionados comentarios que intentar manchar su logro por cuestiones políticas.

"La pelota no se mancha" dijo alguna vez el Diez en su rol de lanzador de frases célebres.

Justo ese diez que se quedó afuera de la Copa porque Menotti consideró que a los 17 años todavía le faltaba para ser un elegido.

El tan discutido César Luis seleccionó a otros y se jugó por ellos.

En esa final sufrimos mucho.

Como para darnos respuestas a todos los que defendemos la cuestión deportiva.

Porque el Pato Fillol sacó un par de pelotas increibles.

Y porque sobre el final del tiempo reglamentario una pelota holandesa pegó en la base del palo y nos cortó la respiración a los "25 millones de argentinos".

Después vino el suplementario y la hora de abrazarse hasta más no poder para festejar el triunfo del equipo que llevó a Kempes como abanderado del fútbol en los tramos finales, y convirtió a Pasarella en el nuevo "Gran Capitán".

Yo quye era de Boca y me sentía mal porque ningún jugador de los míos estaba en ese equipo (Tarantini ya no era nuestro) festejé como loco porque fue la primera vez que me puse la celeste y blanca de verdad en una cancha.

Todavía tengo algunos recuerdo de aquellos días: vasitos, prendedores, vinchas, fixtures, gorros, etc. Los primeros exponentes de merchandising que vi en mi vida.

Hoy que se recuerda todo lo malo de ese campeonato, es bueno también hacer un espacio para ese equipo que quedó en nuestros corazones y nos regaló la primera gran alegría deportiva de la historia: Fillol, Olguín, Galván, Pasarella y Tarantini. Ardiles, Gallego y Kempes. Bertoni, Luque y Ortiz.

Gracias.

No hay comentarios: