Martes A.M.
Una esquina de Juan Bautista Alberdi en Mataderos y la imagen concreta de un personaje de Buenos Aires.
Flaco, narigón, pelo al ras, anteojos negros, chaleco plástico y 28 grados al sol.
Grandes auriculares conectados a nada.
Baile sin parar.
Tres hombres lo miran y apuestan por la canción que da origen al ritmo sin fin.
Nadie gana.
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